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Irmina

Verdad

Tras años de búsqueda, comprobaciones, confirmaciones, fingimientos, desasosiegos y esperas fui capaz de desgranar parte del pasado de Aleth. Supe la verdad, su verdad, gracias a la carta hallada casualmente dentro del capitel de «el elemento salvador». Se trataba de una breve declaración del capitán Caleb Jacob Beaufoy a Aleth Stadepole, un increíble descubrimiento en su momento.

Con fecha 5 de febrero de 1906, se había escrito y rubricado la carta en donde el capitán garantizaba a Aleth el embarque, de forma clandestina pero fiable, en el Compass Rose a mediados de noviembre de ese mismo año. ¡Qué singular cuestión la tocante a los detalles preparatorios del viaje! Aunque el itinerario propuesto no dejaba de ser de lo más sorprendente, pues el buque navegaría desde Teignmouth a Alejandría, comportando el atraque no autorizado en Pont d´Illa, enclave en donde el capitán y Aleth se encontrarían y desde donde el barco continuaría su travesía. Después, ambos emprenderían viaje de regreso a Inglaterra. «Nos vemos pronto» no dejaba de ser una despedida sencilla pero llena de intención.

Tantas veces nuestras pretensiones quedan flotantes en el éter. Tantas veces la más esperanzadora idea puede ni llegar a dar comienzo. Según las crónicas, habría sido a menos de tres millas náuticas de Pont d´Illa dónde y cuándo el buque se escoró y hundió, causando la desaparición de todos sus ocupantes. Evidentemente, Aleth Stadepole no llegó a embarcar en el Compass Rose. La que iba a ser una arriesgada y apasionante aventura se convirtió en una tragedia que desataría nuevas tragedias.

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