Y caerá el sol, el viejo sol, el sol sobre tu frente;
sobre tu frente desnuda y fría, sobre tu frente,
sobre tu cuerpo, sobre tu sencillo cuerpo,
sobre tu dórico y robusto bello cuerpo.
Y el sol, el viejo sol, el sol pondrá su luz primera,
su luz de mediodía, su luz atardecida;
su luz pondrá el sol sobre tu frente,
sobre tu frente desnuda y fría, sobre tu frente,
sobre tu cuerpo, sobre tu sencillo cuerpo,
sobre tu dórico y robusto bello cuerpo.
Y verás la sombra en un vértice tuyo metida.
Y verás tu sombra extenderse, hacerse larga,
larga, como la hora que hoy te contiene,
como la hora que te ha hecho,
como la hora que nunca te acabará de hacer.
Tu sombra es sólo una, completa, sin intersticios,
sin pliegues, sin roturas, una, sólo una
cuando el sol cae sobre tu frente desnuda y fría,
cuando cae el sol sobre tu cuerpo sencillo,
sobre tu dórico y robusto bello cuerpo,
sobre tu cuerpo todo, sobre tu cuerpo entero.
Una sombra inmaculada referida sólo a ti,
una sombra a ti vinculada, sólo a ti, a ti, a ti…
Y todo es extensible, dilatable, diminuto,
grande, pequeño, párvulo, párvulo, pequeño.
Cuando cae el sol sobre tu frente, sobre tu cuerpo.
Cuando cae el sol, cuando cae el sol, el sol, el sol…