Revelaciones

Fragmentos

Carta a mi amiga

Mi admirada M:
He comprendido, al fin, que esa luz guiadora de la que me hablas en tus breves pero hermosas e instructivas misivas no ha de nacer sino del momento espiritual más lúcido y sereno. A ti debo la búsqueda de esas virtudes, quizá no celestiales, pero virtudes, que tú ya posees y que a mí tanto se me resisten: lucidez y serenidad.

Sé de tus elucubraciones sobre qué será más apropiado o más propicio para el ya cercano y final futuro, ese futuro tuyo y mío que nos condicionará tanto que no tendrá ni recorrido en nuestras vidas, sino que se impondrá con su repentino y fatal impacto. No hagamos planes.

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Rukiya y Salomón

Rukiya conoce cada una de las flores que habitan y adornan el planeta Tierra. Es debido a su memoria prodigiosa. Pero, además, Rukiya posee la facultad de la intuición; aunque ello no la aparta en absoluto de la lógica, ya que el razonamiento y otros factores de la inteligencia alimentan el subconsciente. Ella misma, Rukiya, dice llamarse Rósula, por esa querencia suya a lo natural y puro.

Durante un tiempo, el inmenso peso de la duda distrajo a Rukiya Rósula (la duda florece y prospera en las mentes más perfeccionistas, es inevitable). Rukiya Rósula se dedicó, entonces, a cultivar exóticos ejemplares de flor, como el loto indio (Nelumbo nucifera).

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Bitácora

27 de enero de 20…

He comenzado la mañana con un firme propósito: dar fin a aquel problema que aún no he sido capaz de resolver a pesar de haberlo intentado en infinidad de ocasiones. Pero, bien por mi falta de voluntad o por un exceso de confianza en que la cuestión se solvente por sí misma, dudo que verdaderamente ese final tan esperado sea factible.

El día es frío. Saldrá el sol. Quisiera hibernar. ¿Llegará la primavera?

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