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Irmina

¡Qué más da!

Por un costado discrepo.
Por el otro costado consiento.
¡Qué más da, si un latido mortal del corazón
me llevará la vida!
Doblarán entonces las campanas.
Antes de darme cobijo a mí misma,
doblarán en silencio las campanas.
Disentí por un costado.
Por el otro costado me avine.
¡Qué importó, si un latido mortal del corazón
me llevó la vida!
Doblaron entonces las campanas.
Antes de darme cobijo a mí misma,
doblaron en silencio las campanas.
Plorad, plorad, plorad,
pues hubo un momento en que viví…
¡Viví!
Hubo un momento en que viví…
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