Para ir al inicio pincha mi nombre:

Irmina

Pedidor

También a ti te encontré en el camino:
pedías a Dios con el alma cansada.
Dando tumbos tus palabras iban,
y venían a encontrarse con el miedo,
o llegaban certeras como dardos
a hundir en mi silencio su veneno.
Tanta inspiración equivocada te sobraba.
Todas las aves del mundo aletearon
—apenas entre ellas un vacío—
cuando te postraste, hombre, arrepentido.
Nómade, nómade, mortal errante,
efímero viviente, hombre, hombre.

error: El contenido está protegido