Vuelve, alma mía, y no quebrantes
la calma de este octubre pasajero.
Regresa, acaso no puedas ya mañana
vencer el frío del profundo invierno.
Vuelve, alma mía, y escapa del desvelo
que en su vórtice te atrapa.
Regresa, alma mía, a este cuerpo
que espera el momento de tenerte.
Aún duermen los pájaros.
Un momento de noche queda entre mis sueños.
Hit et nunc.
Aquí y ahora.