Para ir al inicio pincha mi nombre:

Irmina

Niebla

Un grisáceo tul se despliega ante mis ojos.
Cendrosa calma en torno a mí.
Ante mis ojos encendidos de inquietud
se despliega un grisáceo tul…
Lo siento vaporoso, sutil, volátil,
como un silencio ceniciento, velado.
Pero me asusta ese silencio.
La existencia es impredecible,
imprevisible, impensada: serena confusión.
En nada creo, en nada.
Nada entiendo, nada, nada.
Nada poseo. Nada tengo.
Nada advierto sino sospechas
y el grisáceo tul que se despliega,
que se despliega impalpable y tan ligero…
Tan ligero…
Un tul que se despliega…
Un grisáceo tul se despliega ante mis ojos…
Y puedo adivinar mil formas y tamaños.
Y equivocar el pensamiento tantas veces puedo
como tantas veces me equivoco.
Nadie me diga nada, pues nada hay.
Nada hay sino lo que sospecho.
Y todo es secreto, inexistente, falso,
inexistente, falso, falso, falso…
Nada hay.
Nada hay sino lo que sospecho.

error: El contenido está protegido