Para ir al inicio pincha mi nombre:

Irmina

Mi rosa amiga

Rosa con rosas me agasaja,
ya que en sí sujeta la venganza:
la espina fatal de su atrayente esencia.
Pero no es la elegancia de su forma
sino una inevitable estratagema por,
al fin, verme al aislamiento postergada.
¡Qué Rosa o rosa es esta
que hinca sin dudar su inevitable púa!

Juguemos, Rosa, a la aventura
con las rosas breves que me ofreces,
con las rosas de tan afiladas uñas.
Rosa, que entre rosas me abandonas
por ver cuál su malicia precipita.
Mas sé, mi amiga compañera,
que las rosas no lastiman, ni desgarran,
ni laceran si no las estrechas con ahínco.
Tan sólo arañan dulcemente…

Si Rosa su aguijón hiriente me traviesa,
si sus blancas, sonrosadas o encarnadas flores
me regala es porque imagina en su locura
que no superaré jamás su desagravio…
Rosa, Rosa, Rosa…
Rosa:
¡Qué tonto desatino en mi conciencia
pensar que las rosas me atormentan!

error: El contenido está protegido