No sólo es oquedad eso que existe
en la frente del ser más talentoso,
mujer u hombre, ¡qué me importa!
No sólo es el cóncavo excavado
en donde ese cuerpo muerto sueña.
No sólo será el vacío de sus ojos.
Ni el profundo de sus sienes será.
No sólo es el vano que la luz va penetrando.
No sólo es el hundido que una sombra deja.
No sólo es lo fondo del cuévano.
El hueco más profundo es el del alma
ya vacía, ya vaciada de toda esperanza.