A pesar de tus doce almas como doce alas blancas,
nunca fuiste blanca novia entre las blancas novias.
La doctrina de las bellas voladeras no era para ti.
Tampoco la teoría de los apuestos jardineros.
Sostenida por dedos de marfil y rozada por las musas,
tu alegría primera, tu alegría se te fue atardeciendo.
Tú, como yo, Magnolia, al tanto de los versos.
Nunca fuiste blanca novia entre las blancas novias,
a pesar de tus doce almas como doce alas blancas.
Nunca fui blanca novia entre las blancas novias.
Tú, como yo, Magnolia, al tanto de los versos.